viernes, 17 de diciembre de 2010

Ubicuidad y Polivalencia: las Redes Sociales

Estar en todas partes y hacer de todo. No parece factible y sin embargo es lo que se nos pide hoy día, lo que desde las redes sociales se sugiere como posible e, incluso, como deseable.

Estoy en la Universidad, no trabajo aquí sino que intento sacar adelante mi Tesis Doctoral en Química Teórica (suena indescifrable ¿verdad?. En realidad casi lo es). Además intento ayudar a un amigo a que arranque su proyecto de un camping y le gestiono a mi cliente sus compras en China y Europa. También procuro ejercer dignamente de secretaria de una Asoiación (NATURATEN) y, lo más importante, posicionarme en un Proyecto de alcance en materia de innovación y tecnología. Por supuesto como, me ducho, hago algunas tareas domésticas (al 50% con el otro usufructuario de mi vida) y, aunque parezca increíble, me divierto. Y me divierto mucho.

Hace unas semanas en un curso al que asistí con mayoritaria concurrencia joven (entre 20 y 30 como mucho) hicieron levantar la mano a los que tuviesen cuenta en Twitter. Orgullosamente levanté la mano queriendo sentirme parte de una nutrida nube de brazos y cual no sería mi sorpresa al ver que apenas 6 ó 7 se alzaron. A mis 48 años me sentí un poco "friki" pero al mismo tiempo un puntito de orgullo me revoloteó por el estómago. Aqui estoy yo con mis cuentas en Twitter, en Linkedin en Facebook y mis blogs. No es que sea un modelo de modernidad pero incluso con mi modesta participación parece que estoy en un paso diferencial con respecto a gente más joven o profesionales más experimentados.

Creo que el pertenecer a redes sociales en si no es significativo, lo verdaderamente significativo es el afán de hacer cosas, de nos sumirse en la apatía y esperar a "que pase la crisis". Hace diez años hablábamos de empleabilidad como la capacidad de hacernos "interesantes" para un empleador y asegurar nuestra estabilidad laboral. En esto momentos las relaciones laborales están cambiando, muchos de los que no tienen un empleo ya no competirán sólo con el resto de parados o de empleados a la hora de acceder a un puesto de trabajo; tendrán que competir también con aquellos que hemos descubierto nuestra independencia y potenciado nuestras capacidades para ofrecer nuestros servicios sin vínculo laboral. Las empresas dejarán de contratar todas sus tareas operativas a "empleados" y muchas de ellas las externalizarán pudiendo así acceder a profesionales más cualificados y especializados que, de otro modo, no podrían pagar. La crisis tiene, como todas, un componente de cambio que abre oportunidades para aquellos que estamos dispuestos a soltar lastre y virar a un nuevo rumbo. Estar en las redes sociales es una parte de ello, mucho más importante de lo que algunos piensan




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